jueves, 2 de diciembre de 2010

CONTRASTES....

Mientras los termómetros se desplomaban por debajo de los 0º en el Valle de Benasque y el aspecto invernal reinaba en todo su esplendor, unos kilómetros al sur podíamos disfrutar de un Sol espléndido que nos hacía recordar que aún no hemos abandonado el Otoño. Para encontrar esta diversidad nos desplazábamos hasta Alquezar, gracias a una llamada de Olatz que me invitaba a conocer esta estupenda escuela junto a Esko que también se apuntaba. La buena compañía y la calidad de las rutas completaban este placentero día.


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lunes, 29 de noviembre de 2010

ENDRINAS, NUEVA VIA EN EL CONGOSTO DEL VETAMILLO






Hay veces que cuando miras una pared enseguida puedes visualizar una linea lógica por donde podría ir una vía, otras veces hay visionarios que donde nadie intuye una linea, son capaces de ver y abrir un gran recorrido de calidad. En esta ocasión Viti y yo para nada respondimos a ninguno de estos dos criterios.. la propia pared sería la que nos iba a ir guiando metro a metro por donde seguir progresando; sin saber donde acabaríamos. La idea inicial era abrir una linea evidente a través de fisuras y chimeneas, pero al ver la mala calidad de la roca nos decidíamos por empezar a subir unos metros más a la izquierda con la única premisa de ir buscanado los paños de buena roca, de esta forma desde que despegábamos los pies del suelo la incertidumbre iba a ser nuestra fiel compañera en cada paso que avanzábamos y la pared la encargada de decidir el trazado de la vía.

Este Otoño tras varias jornadas a lo largo de 2010, dábamos por concluido el trabajo, la pared fue benévola dejándonos surcar una ruta de calidad en la que se alternan técnicos diedros con exigentes placas en las que conviene llevar asentados los grados obligados si se quiere disfrutar de la escalada, pudiendo llevar una uñita por si nos atascamos en algún paso.

Dos días después de la apertura probamos la vía Viti y yo por un lado y Jonathan y David formando otra cordada, quedando muy buena impresión de la calidad de la ruta y a falta de encadenar el largo más duro.

En espera de la opinión pública y confirmar grados...hay queda una linea más que poder escalar en este Congosto aún por explotar.























lunes, 22 de noviembre de 2010

ESTRENANDO LOS JUGUETES DE INVIERNO





Va llegando el invierno y como un tsunami de repente las tempranas nevadas hacen desaparecer la variedad de colores y tonos de los valles, ya no se alternar rojos, amarillos, verdes, marrones....ahora el manto blanco es el que predomina y el subconsciente ya empieza a pensar en desempolvar los juguetes de invierno.

Justo el fin de semana nos deparaba un tiempo frío, con algo de nieve por lo que la escusa era perfecta para tener la primera toma de contacto del año con los crampones y los piolet en uno de los sectores pioneros en España en esto del dry-tooling en el marco del valle de Ardonés.

Así, Jonathan, David, Mariona y yo nos poníamos en marcha, para disfrutar de los privilegios que nos ofrece vivir en el Valle de Benasque. Que hace sol, pues deportiva, tapia, crestas; que hay nieve o hielo pues sacamos los esquíes o afilamos los piolet; y si no hace tiempo para nada a media hora andando encontramos este gran sector para practicar la escalada en roca con piolet y crampón

Los antebrazos tardaban poco en hincharse, más aún al intentar suplir la falta de técnica con fuerza bruta, algo poco recomendable en esta disciplina...por su parte Jonathan y David resolvían con elegancia y solvencia las diferentes vías que probábamos, dos buenos maestros para aprender, al final el día resultaba divertido para todos y ya nos poníamos los diente largos esperando que el frío haga su trabajo para que el agua se tansforme a su estado sólido....















lunes, 25 de octubre de 2010

CON LA ADHERENCIA....PACIENCIA.


Unos días por Madrid siempre equivale a la familia, risas con los amigos de siempre, algo de estrés por querer ver a más gente de la que materialmente es posible y a Pedriza. Uno de esos lugares que siempre guardan algún secreto que ofrecer, da igual las veces que la visites, siempre te quedan rincones por descubrir, y cuanto más la conoces más poder adictivo desprende y mayor es la atracción que transmite. Por muchos viajes y paredes del mundo, La Pedriza es realmente única.

El mañana despejada, la temperatura sobre 20 ºC, y al ser un día entre diario el aparcamiento de Canto Cochino estaba prácticamente vacio, vamos un día perfecto para estar en La Pedriza. En esta ocasión la idea era ir a escalar una de las vías más clásicas de la zona centro, la Fulgencio del hueso, su historia y la calidad del recorrido hacen obligada la visita a este risco. Así pues por fin nos quitaríamos la espina de montarnos en este risco más propio de parecer una escultura de barro gigante que de ser una formación geológica natural. En algo más de hora llegábamos a la base del Hueso…Bien!!!!, aquí sigue en equilibrio perfecto, parece que hoy por lo menos aguantará esta estructura que a modo de contrafuerte de catedral gótica permanece en equilibrio pareciendo estar empujando las inmensas placas de granito sobre las que reposa su parte superior. Por caprichos de la naturaleza, la separación entre este pilar arqueado y la pared supone la medida perfecta para una escalada en chimenea, la única pega es que la única protección posible se pierde 20 metros por encima cuando se chapa el primer spit, así que rápidamente entras en situación, y piensas “ojo tronco que como te caigas la lias” y entonces estampas como si de un sello se tratará la espalda a la pared empujando con piernas y brazos en oposición casi al punto de abrir aún más la chimenea; esto de no dominar esta técnica de escalada hace desgastarte muy por encima de lo realmente necesario. Los siguientes largos de la vía son en placa, con algún pequeño resalte más vertical, pero ya nos permite disfrutar de la escalada sin excesivos esfuerzos y de la panorámica que se divisa bajo nuestros pies. La bajada rápida, por una de esas canales típicas de la pedriza que discurren entre paredes verticales de caprichosas formas y caos de bloques, surgiendo espontáneamente algún pequeño rellano entre las jaras, los acebos y los pinos, como si alguien se hubiera preparado adrede la parcelita para pasar los fin de semanas. Como aún quedaba día, también haríamos otra gran clásica, la Tito-Rolin-Bus, vía que tampoco nos iba a defraudar, encontrando escalada en diedro y adherencias exigentes con el típico factor psicológico de la pedri. Con las últimas luces que ya anaranjeaban los tonos de la roca regresábamos al coche, flipando como siempre con las figuras imaginarias que descubres en los infinitos riscos que te envuelven.

Un día de compromisos sociales…y vuelta al mismo escenario, esta vez se sumaban Rocio y mi hermana Natalia, con la intención de pasar una noche en los vivacs cercanos al Yelmo. La subida la empezábamos desde Canto Cochino por el barranco de las Hoces, por suerte el día estaba algo nublado y la marcha se hacía más llevadera, no obstante todos subíamos al mismo ritmo sin mayor problema. En una hora y media nos plantábamos en la pradera del Yelmo, es increíble esta mole granítica, debe de pesar mucho y seguro que costó un horror ponerlo ahí y darle esa forma tan perfecta para que pudiera distinguirse su silueta desde la lejanía a pesar de no encontrarse en la parte más alta de la pedriza. Quedaba media tarde y la aprovechábamos haciendo un poco de deportiva en los sectores cercanos, la noche acechaba y había de buscar alojamiento. Era Viernes y se veía tránsito de gente, por lo que las hospederías más céntricas estaban completas, pero bueno nos encontrábamos en una de las zonas más importantes de la Pedriza y por lo tanto el número de alojamientos es suficiente para albergar una gran cantidad de gente. En la periferia de la pradera, el ambiente estaba más tranquilo y por suerte encontrábamos un 4 estrellas, sin ningún inquilino. La terraza tenía vistas hacia la planicie madrileña, a la hora que nos instalábamos la única visión posible eran las incontables luces de los pueblos y ciudades que contemplábamos a vista de pájaro bajo nuestros pies y que desaparecían difuminadas en el horizonte. Para Natalia este era su primera noche en La Pedriza, seguro recuerdo imborrable. Entre risas y cigarritos los ojos se iban cerrando poco a poco y la noche seguía su curso hasta que el Sol nos recibía a la mañana siguiente. Una vez habiendo llenado el estomago a base de zumo y barritas, Juanpe, Natalia y yo nos poníamos el arnés y en apenas 10 minutos llegábamos a la base de la pared. La vía elegida como primera toma de contacto de Natalia en el Yelmo iba a ser la Ignactus, una línea donde tras una entrada por terreno vertical con canto, en seguida se imponen los rigores clásicos del Yelmo donde las distancias entre chapas y el terreno liso dominan la escalada. Juanpe la haría entera de primero y mi hermana y yo de segundos siguiendo su estela. Juanpe resolvía sin problemas y yo al ir imitando los pasos de Natalia detrás de ella también conseguía subir sin mayores dificultadades; creo que apunta maneras de sobra como para que se deje de ir ya de segunda de cuerda y empiece a abrir sus primeros largos y padezca las taquicardias que sufrimos todos cuando tenemos la chapa por debajo de los pies.
En 2 horas escasas terminábamos la vía felices por el triunfo. Vuelta a la pradera, y tras un pequeño piscolabis, nos dirigíamos ahora a una de las grandes clásicas de la adherencia; la Guirles-Campo, donde nos tocaba pasar un poquito de miedo al ver eminente la lijada correspondiente en cada paso que se da. Finalmente por milagros de la gravedad, no poníamos en práctica la famosa técnica de correr pared abajo para evitar el rasponazo, y terminábamos nuestra segunda vía al Yelmo, dando ya por concluida la escalada. En un paseo como siempre agradable regresábamos al coche, como no…. hablando de proyectos futuros en este lugar inagotable.


Tocaba bajar por el barrio y ponerme al día del anecdotario del verano, donde las historietas superan la ficción con creces, algún día habrá que recopilarlas y publicarlas, best seller asegurado.

Ya habiéndome documentado, al día siguiente nos poníamos rumbo a la Cabrera en busca de sus fisuras. Para empezar atacábamos 18 los ojos, bonita vía de dos largos interesantes. El primero de ellos alterna pasos finos de placa con algún empotre, teniendo que poner toda nuestra atención en la colocación de los pies si no queremos tener un resbalón inoportuno. El segundo de ellos, creo que es el más bonito sobre todo si salimos de la reunión buscando seguir escalando por la fisura en vez de salirnos al espolón, mas fácil y expuesto, y el resto del largo excepcional combinando la fisura con algún canto fuera de ella, aquí habría sobresalto repentino al poderme la ansiedad por llegar a un buen canto y despistar los pies, las consecuencias, vuelo sin motor al saltar el último friend puesto. Sin más percances terminábamos la vía y nos desplazábamos unos metros a la izquierda en busca de otra gran línea de fisuras, la Jose A. Alaiz. Fisura perfecta de manos y puños en el primer largo, donde la técnica de empotre de manos y pies es imprescindible para resolver este precioso largo. Un segundo de transición en placa nos situaba en otra increíble fisura de dedos de difícil protección en los primeros metros, después a gozarla.

En definitiva unos días muy aprovechados por la tierra natal.

















lunes, 20 de septiembre de 2010

...LEYENDO PAGINAS DEL LIBRO ABIERTO. ERASE UNA VIA LLAMADA MISOGINOS....

CROQUIS DE KORKUERIKA

Con la ilusión con la que un niño sale al patio de recreo, korkuerika, la motivación personificada, y yo saltábamos del saco de dormir cuando sonaba el despertador a las 5.00 a.m., extraño verdad?....levantarte con alegría cuando aún se están colocando las calles para el trasiego diario, pero la excusa bien lo valía, ir a escalar una vía en Ordesa, paraíso de los amantes de la escalada clásica; tapia de gran embergadura con un excepcional ambiente en el entorno de un parque nacional, alto grado de compromiso con un escaso equipamiento , estéticos y exigentes recorridos donde se han de escalar todos sus largos, no se reglan ni los V, climatología muy inestable...estas características hacen que cada vía que se escala en Ordesa se convierta en un auténtico trofeo.

A las 8.30 llegábamos a al pie de nuestra vía, la "Misóginos" en la pared del libro abierto, el caos desordenado de bloques empotrados que se presenta frente a nosotros hace difícil intuir con exactitud el trazado por donde discurre la vía, pero bueno, eso ya se irá averiguando sobre la marcha. Una primera tirada de 60 metros algo tumbada nos introduce en sucesión de largos donde el constante desplome no nos abandona. En el "sorteo " de los largos había tenido la suerte de librarme de los más duros, de forma que era Juan el que resolvía en un alarde de entrega y lucha estas extraordinarias tiradas. Sin prisa pero sin pausa seguíamos a buen ritmo hasta el final de la vía, no teniendo desperdicio ni un sólo metro de toda la escalada, gran apertura de Papila y Gabi Martin.

Sobre las 18.30 llegábamos a la feixa del final de la vía, pudiendo saborear tranaquilamente el camino de bajada hasta el parking y llegar a tiempo al bus de bajada


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jueves, 16 de septiembre de 2010

SPIGOLO...ANSEBERE

Aprovechando los tan deseados días libres del mes de Septiembre me desplazaba un par de valles buscando asediar una de las vías más clásicas de Pirineos, el Spigolo de Ansebere en compañía Olatz la cual haría de estupenda anfitriona por estas tierras.





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Al amanecer nos poníamos en marcha, pronto, con las primeras luces ya se dejaba divisar la esbelta silueta de las agujas de Ansebere, es realmente hipnótica la atracción y deseo de escalar que producen estas agujas, efecto que va siendo cada vez mayor a medida que te vas acercando a ellas y vas intuyendo el recorrido de la vía elegida. En dos horas de camino llegábamos a la base de la pared, sorteábamos con el clásico juego del palito corto-largo quién empezaría a escalar, nos cargábamos la ferralla correspondiente y por fin comenzaba esta escalada la cual había comenzado a fraguarse en la barra de un bar. semanas atrás y que habíamos estando visualizando intensamente durante los últimos días, es lo bonito de muchas actividades, no sólo la escalada en sí, sino el disfrute de la pre-escalada, con la mezcla de nervios, miedos, incertidumbre y deseos por verte metido ya en el freago. Y ahí estábamos ya metidos en pleno fregao, sobre todo en los dos primeros largos donde a pesar de ser los más sencillos de toda la vía la dudosa calidad de la roca te obliga a moverte con una sutileza absoluta dejando reposar el menor peso posible en cada paso que vas dando. Pasada la tensión de estos primeros metros, comienza la calidad y la explicación del por que el renombre de esta vía. Primero con un diedro fisurado, donde los cachetes de mi culo se cerraban con tal tensión que hubieran podido sujetar sin mayor problema una aceituna, a pesar de ver que los seguros con los que iba protegiendo se acoplaban perfectamente. Tras este derroche de “valentía”, Olatz resolvía sin problemas este largo y el siguiente que le tocaba abrir resolviendo con una sobrada suficiencia el paso a bloque que marcaba el final del largo. Los largo centrales (7 A - 7 B), puro trámite, de chapa a chapa en artificial, reservado a unos pocos escalar estos largos. Pasado esta sección se vuelve al terreno donde podemos volver escalar la mayoría en una travesía sencilla pero ya con todo el patio bajo nosotros, sintiendo esa sensación gran vacío que queda entre tus pies y el suelo, adrenalina que hace que cada canto lo agarres como si quisieras arrancarlo y quedártelo para ti pa siempre. En este momento hay que que darle un gusto a la vista y disfrutar del lugar donde te encuentras y del paisaje en el que te ves envuelto, panorámica de postal. Pasados ese pequeño reposo quedan posiblemente los dos mejores largos del Spigolo (teniendo en cuenta que tomaríamos la variante de salida y no la original), tanto por la calidad de la roca como por gestualidad necesaria para resolver estas dos largas tiradas de más de 30 metros cada una, donde conviene llevar el grado bien asentado si se quiere disfrutar la escalada y no pasar excesivas penurias. Un último esfuerzo por terreno fácil nos situaba en la cima, dando por concluida esta magnifica vía. En la bajada hay que andarse al loro, aunque más o menos evidente mejor que no te tropieces o te fies de la piedra equivocada, sino quieres comprobar en tus propias carnes como se hha ido formando la pedrera que se divisa unos 200 metros más abajo.

A última hora de la tarde estábamos de nuevo en el coche con los deberes cumplidos, ahora ya tocaba unos buenos huevos fritos….ha No!!!!!!! que Olatz no consume, es turbo diesel y directamente iríamos a la….bueno lasssss cervezassssss……y disfrutar de la post-escalada, quizás la mejor parte.


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