Con la ilusión con la que un niño sale al patio de recreo, korkuerika, la motivación personificada, y yo saltábamos del saco de dormir cuando sonaba el despertador a las 5.00 a.m., extraño verdad?....levantarte con alegría cuando aún se están colocando las calles para el trasiego diario, pero la excusa bien lo valía, ir a escalar una vía en Ordesa, paraíso de los amantes de la escalada clásica; tapia de gran embergadura con un excepcional ambiente en el entorno de un parque nacional, alto grado de compromiso con un escaso equipamiento , estéticos y exigentes recorridos donde se han de escalar todos sus largos, no se reglan ni los V, climatología muy inestable...estas características hacen que cada vía que se escala en Ordesa se convierta en un auténtico trofeo.
A las 8.30 llegábamos a al pie de nuestra vía, la "Misóginos" en la pared del libro abierto, el caos desordenado de bloques empotrados que se presenta frente a nosotros hace difícil intuir con exactitud el trazado por donde discurre la vía, pero bueno, eso ya se irá averiguando sobre la marcha. Una primera tirada de 60 metros algo tumbada nos introduce en sucesión de largos donde el constante desplome no nos abandona. En el "sorteo " de los largos había tenido la suerte de librarme de los más duros, de forma que era Juan el que resolvía en un alarde de entrega y lucha estas extraordinarias tiradas. Sin prisa pero sin pausa seguíamos a buen ritmo hasta el final de la vía, no teniendo desperdicio ni un sólo metro de toda la escalada, gran apertura de Papila y Gabi Martin.
Sobre las 18.30 llegábamos a la feixa del final de la vía, pudiendo saborear tranaquilamente el camino de bajada hasta el parking y llegar a tiempo al bus de bajada
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A las 8.30 llegábamos a al pie de nuestra vía, la "Misóginos" en la pared del libro abierto, el caos desordenado de bloques empotrados que se presenta frente a nosotros hace difícil intuir con exactitud el trazado por donde discurre la vía, pero bueno, eso ya se irá averiguando sobre la marcha. Una primera tirada de 60 metros algo tumbada nos introduce en sucesión de largos donde el constante desplome no nos abandona. En el "sorteo " de los largos había tenido la suerte de librarme de los más duros, de forma que era Juan el que resolvía en un alarde de entrega y lucha estas extraordinarias tiradas. Sin prisa pero sin pausa seguíamos a buen ritmo hasta el final de la vía, no teniendo desperdicio ni un sólo metro de toda la escalada, gran apertura de Papila y Gabi Martin.
Sobre las 18.30 llegábamos a la feixa del final de la vía, pudiendo saborear tranaquilamente el camino de bajada hasta el parking y llegar a tiempo al bus de bajada
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