viernes, 27 de noviembre de 2009

YOSEMITE TIERRA DE INDIOS. Parte 3

PARTE 3: HALF DOME; Regular



Tras habernos instalado en el Campo 4, el día lo dedicábamos a montar la tienda y organizar comida y mochilas. Sin a tiempo a saborear las escaladas realizadas planeábamos ya el siguiente objetivo. El calor no daba muchas opciones, las caras norte no predominan en el valle pero la decisión fue rápida, la Regular al Half Dome, casi todo el día en sombra y situado a mas de 2000 metros de altura, sería la próxima meta. La estrategia aproximar al día siguiente por el camino más directo en unas 2 horas, dormir a pie de vía y al día siguiente con una mochila ligera intentar hacer los 750 metros de recorrido repartidos en 22 largos con una dificultad de 5.9 y C.1.





Tal cual teníamos previsto nos levantamos con calma, y tras un desayuno al más puro estilo yanki a base de huevos, beicon, patatas y café, preparábamos las mochilas (señalar que no es necesario subir agua en exceso pues hay un manantial en la misma base del Half Dome) y nos poníamos en marcha.
Al atardecer llegábamos a la base de la pared con la posibilidad de fijar algún largo pero decidíamos dejar toda la tarea para el día siguiente y disfrutar tranquilamente de los increíbles atardeceres que ofrece Yosemite en su estación Otoñal.
A las 5 de la mañana con 3 litros de agua, un saco para dos, unas barritas y algo de queso empezábamos a escalar. La Regular no te permite que te vayas despertando poco a poco, un primer largo laborioso ,de 5.10C y casi 60 metros, y un segundo de 5.9 nos hace olvidarnos rápidamente del sueño y la pereza. En estos largos empleamos más tiempo de lo normal, los músculos están aún entumecidos y la noche hace que escalemos con una mayor dosis de prudencia. Sin necesidad de comentarlo los dos sabíamos que teníamos que subir revoluciones si queríamos hacer la vía sin dormir en la pared. A medida que el día despertaba y la noche se aletargaba, nuestro ritmo iba siendo cada vez mayor. La dificultad también va siendo menor que en las dos primeras tiradas, pero no hay que relajarse. El 4º largo (5.9 que vendría a ser un “V+/6 a“), fisura de manos vertical, apretón total. Nuestra falta de técnica era suplida con verdaderas dosis de fuerza bruta a pesar de que habíamos visto los vídeos de Dean Potter escalando en sólo esta ruta y nos habíamos visualizado escalando con esa soltura. Pero el estilo daba igual, lo que importaba era ir lo más rápido posible. A partir de aquí, ya entras en la abstracción absoluta que supone escalar este tipo de vías, perdiendo la noción de tiempo y espacio, sin ser siquiera consciente de lo que estas disfrutando. Fisuras de dedos, diedros y travesías nos situaban en el largo 11 al pie de las famosas chimeneas de la Regular. Losas del tamaño de un edificio que parecen estar superpuestas y en cualquier momento se fueran a venir abajo. En esa separación que queda entre losas y la pared discurren los más de 100 metros de chimenea con secciones sencillas de fácil protección y otras en las que podríamos haber tenido una aceituna entre los dos cachetes del culo y no su hubiera caído, aquí es mejor no caerse. A las 14.30, superadas las chimeneas y ya con el Sol sobre nuestras cabezas alcanzábamos las repisas del largo 17, ideales para dormir una siesta, pero no íbamos tan sobrados de tiempo, había que escalar los 3 largos de artificial de los zig-zags y luego la espectacular travesía por la repisa “gracias a dios”, un paseo a 700 metros del suelo por un bordillo de unos 15 metros de largo y 40 o 50 cm de ancho que progresivamente se va haciendo mas estrecho. Al verlo vacilábamos con la intención de pasarlo de pie, pero el miedo escénico nos superaba y antes de mitad de repisa recurríamos a la técnica del gateo, menos estética pero mucho mas segura. Un par de largos mas y una travesía descendente nos situaba a falta de 40 metros para coronar la cima. Al iniciar estos 40 metros tuvimos que poner a prueba nuestra paciencia , la noche se nos había echado encima, sólo funcionaba un frontal y el clavo que debía aparecer entre las lisas placas se camuflaba hábilmente en una pequeña fisura, hasta que al fin tras casi 2 horas de búsqueda desesperante nos topábamos con él. Eran las 21.00 y definitivamente terminábamos esta gran clásica de la escalada mundial.









Intentamos echarnos a dormir en la cima compartiendo el saco que llevábamos, pero el frío y el viento nos hacía desistir a las pocas horas, teniendo que bajar a la base de la pared en algo mas de una hora y terminar de reposar hasta que al alba iniciábamos el descenso hasta el campo 4. Los dos días siguiente los dedicábamos a comer bien, ducharnos, descansar, escalar Moratorium, una vía de 4 largos excelente y hacer un poco de escalada social por los bloques que rodean la zona de acampada. Y a las noches el fuego servía de excusa para juntarnos en grupo alrededor de él y contar relatos y aventuras de unos y otros.













2 comentarios:

  1. Raul, al terminar el partido del siglo, charlando con tus padres sobre mi blog, comentaron sobre este.
    Una pasada tus fotos, diría que cuidado, pero este se supone.
    Seguiré tu espacio.
    Un fuerte abazo
    Benit

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