jueves, 28 de abril de 2011

UNA DE ALPES POR MARZO



Son las 3 de la tarde, Gorka y yo ya estamos preparados, las mochilas con todo lo necesario para el plan A, B, C…hacen que el maletero de la furgoneta se asemeje mas a un descompuesto trastero lleno de bártulos que al equipaje para pasar una semana; , equipo para esquiar en pista, equipo de travesía, material para escalar en roca, en hielo, así como la ropa necesaria para cada actividad, sacos, aislantes y algo de comida, y todo ello apilando con un curioso sentido del orden fieles al principio de “empuja que al fondo todavía queda sitio“. Por delante tenemos 12 horas hasta llegar a Chamonix, pero entre lo que arreglamos los problemas del Valle, comentamos la prensa rosa del mundo de la escalada y vamos planeando las actividades para los días que tenemos por delante los kilómetros van pasando rápidamente. Una hora de nuestro destino cuando los parpados nos reducen ya a la mitad nuestro campo de visión decidimos parar a dormir en un área de servicio. Son las 8 de la mañana y ya estamos de nuevo en carretera, el tiempo con el que nos recibe Chamonix es ideal y las ganas de adentrarnos en estas montañas hacen olvidar el cansancio del viaje. Sin perder más tiempo que el justo para aparcar y cambiarnos de ropa cogemos el teleférico de la Aguill d´Midi, un autentico tele transportador, pues en a penas 30 minutos pasas de estar en pleno bullicio de gentes, coches y civilización a la sobriedad y desafiante ambiente alpino que te encuentras según desembarcas de la cabina tele transportadora. El plan es controlar las condiciones de los corredores del triangulo de Tacul ,para el día siguiente intentar alguna de sus vías , y bajar esquiando el Valle Blanco por la Mer de Glace. Las condiciones perfectas para escalar; la bajada, sin ser técnicamente exigente si es un increíble recorrido donde a lo largo de sus 20 Km. de descenso no dejas de estremecerte ante el marco donde te encuentras, da igual que mires a izquierda, que a derechas que al frente todo es imponente, sus seracs, sus paredes, agujas, corredores y como no los míticos picos cargados de historia pura del alpinismo…Mont Blanc de Tacul, Grand Capuccin, Jorasses, …y como no el Dru, hipnótica torre llena de atracción y uno de mis grandes sueños, pero que de momento tendrá que esperar. Tras esta borrachera paisajística para el sentido de la vista, al mediodía nos encontramos de nuevo con la realidad de Chamonix buscando un lugar donde pasar la noche, no tardamos mucho en instalarnos en una de la Gite del pueblo, una ducha y vamos a cenar para recuperar fuerzas. Por lo noche, conseguimos recargarnos de energía a pesar de que el calor sofocante que reina en la habitación me hace recordar las noches en pleno Agosto de Madrid donde el aire parece espesarse y cuanta más agua bebes es peor por que mas se encharcan las sábanas de sudor, finalmente el cansancio se apodera de mi y caigo en un sueño profundo.

Son las 8 de la mañana, estamos esperando que abra el teleférico de la Aiguil d´Midi para ir al Tacul, pero la borrasca se ha adelantado y el viento hace que nuestros planes se vengan abajo. No hay tiempo de lamentarse, es lo que tiene el alpinismo, tras valorar diferentes opciones nos decantamos por cruzar al lado italiano en busca de alguna cascada que aún no se haya desecho. Primero en Liliaz, después en Valserance y finalmente en cuando ya incluso la lluvia hace acto de presencia, nuestra persistencia tiene premio y a las 2 de la tarde encontramos una aparentemente buena cascada con dos resaltes de 60 metros. Según vamos escalando resulta que las condiciones nos son tan excelentes y que es mejor no caerse, de sonido de fondo el agradable fluir del agua que corre bajo nuestra. Pero no hay que quejarse, estamos haciendo lo que más nos gusta; escalar, solos completamente y en los Alpes. Empapados regresamos a la furgoneta, de nuevo hay que pensar que hacemos, el mal no da mucho margen, el último parte que podemos ver gracias a los juguetitos de Gorka marca nieve durante dos días al menos. Pues para Claviere que nos vamos, allí esta Rafa, podremos estar unos días con él y además esquiar con paquete.

El pronostico no falla y por la noche caen unos 40 cm., rápidamente los alpinistas nos transformamos en rider, sacamos nuestro equipo de pala, arva, sonda y esquis de 100 cm. de patín y tras mantener viva la imagen del españolito de a pie sacando un forfait gratis con una fotocopia en blanco y negro arrrugada de trabajador de estación (hay que aclarar que ese fui yo, Gorka tuvo que pagar por que su carné de profe reglamentario no tiene descuento) nos plantamos en esta macro estación que da acceso a 400 Km. de pistas. Las piernas ya no dan más de si, hemos exprimido el día todo lo que se podía, y bien que lo hemos disfrutado, volvemos para casa de Rafa donde toca volver a pensar plan. De nuevo el tiempo sigue siendo el principal condicionante, pero al mal tiempo mala cara…en principio dan de nuevo mal tiempo con nieve, así que habrá que seguir aprovechando y adaptándonos a lo que venga…

En Italia si que se puede desayunar bien y barato un buen capucciono con unos croissant, nada que ver con el agua chirri de café de Francia a precio de oro, genial inicio del día para poder abrir bien los ojos y ver que los quitanieves están funcionando sin parar por las calles del pueblo, ha caído más de un palmo de nuevo y el día parece que va a ser soleado. En esta ocasión topo con la encargada de taquillas y lo único que me regala al presentar mi estupenda fotocopia es una gran sonrisa irónica y unas palabras en francés que no se quieren decir pero que entiendo a la perfección, me toca pagar, y Gorka con su reglamentario carné…gratis. Santa Nieves ha hecho justicia para que no discutamos y cada uno tenga su día gratis de forfait. Entre risas y risas, y el entretenimiento de buscar bajadas por donde abrir huellas el día pasa volando. Son las 2 de la tarde, aún quedan líneas, remontamos una pequeña pala y la penúltima bajada…zas!!, Gorka rompe una placa, pero su experiencia como rider le hace sortearla con dos giros…RAIDERACO!!!!. . Ahora por el chuletón, en Claviere (Italia) que en Francia ni en pintura te imaginas comiendo chuletón por un precio razonable.
Tras la correspondiente consulta del parte meteorológico vemos que tendremos un día de buen tiempo, de nuevo toca cambiar chip y pensar ahora en hacer la mochila con los tornillos, los crampones y los piolets. Nuestro objetivo es una clásica cascada del Valle de Valserance, esta a más de 2000 metros de altura y es cara Norte, a estas alturas de temporada y tras las últimas nevadas es nuestra única esperanza de hacer una buena cascada de hielo.
En una aproximación cómoda por sendero evidente nos plantamos debajo de la cascada de 200 metros, por el color azulado que presenta parece que vamos a tener suerte y va a estar en buenas condiciones. Efectivamente la primera impresión había sido buena, la escalada resulta ser un gran regalo para nosotros. Un día totalmente despejado, buen hielo, un silencio absoluto solamente interrumpido por las pegadas de los piolet y crampones en el hielo y por alguna pequeña avalancha que se desencadena en las cara sur ; y una cascada reservada para nosotros solos, la única superviviente a los implacables rayos del sol de las múltiples formaciones que se pueden encontrar en pleno invierno a lo largo de este valle.

Perfecto acto final para estas cortas vacaciones, pues aunque falta un día más para finalizar nuestro viaje, el tiempo no nos da tregua. Debemos regresar a nuestros queridos Pirineos….si queda algo de invierno o tenemos que pasarnos ya a la roca….




















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PIADAS